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Fisher Anatomia Del Amor Pdf: Un libro sobre la historia natural de la monogamia, el adulterio y el



Gracias a Ray Carroll, Florine y Gene Katz, y a Helen Fisher, mi madre, por el estupendo apoyo que me brindaron. Gracias a Judy Andrews y Sue Carroll por su importante colaboración en las tareas de investigación. Les estoy enormemente agradecida a Mary Cunnane, mi editora de W. W. Norton, así como a William Rusin, Fran Rosencrantz, Jeannie Luciano, Patricia Anthonyson, Caroline Crawford, y al resto del personal de Norton, por sus inapreciables contribuciones en la preparación de este libro. También quiero darles las gracias a Amanda Urban, mi agente, por su experto asesoramiento, a Lynn Goldberg y Louise Brockett por sus sabios consejos, a Nancy Crampton por tomar mi fotografía, a Michael Rothman por dibujar la ilustración del libro y a Otto Sonntag por corregir las pruebas. Me siento en deuda con mis colegas Robert Alford, Laura Betzig, Vern Bullough, Robert Carneiro, Ray Carroll, Andrew Cherlin, Ceciley Collins, Ellen Dissanayake, Perry Faithorn, Stan Freed, David Givens, Terry Harrison, Sarah Hrdy, Albin Jones, Florine Katz, Warren Kinzey, Laura Klein, Peter Lacey, Michael Liebowitz, Richard Milner, Merry Muraskin, Barbara Pillsbury, Carolyn Reynolds, Alice Rossi, Lionel Tiger, Wenda Trevathan, Michael Trupp, Randall White y Milford Wolpoff por sus excelentes opiniones e importantes comentarios acerca de diversas secciones del manuscrito. Además, quiero agradecer a mis amigos y a mi familia su paciencia y buen humor durante los años que duró la preparación del libro. AL LECTOR: Una forma de mirar Mi hermana y yo somos gemelas idénticas. Cuando cumplí cuatro o cinco años empecé a notar que los mayores nos observaban a mi hermana y a mí y nos hacían preguntas. Percibía yo cuando Lorna tenía un problema? Nos gustaban los mismos juguetes? Pensaba yo alguna vez que era ella? Nos recuerdo sentadas en el asiento posterior del coche de la familia mientras comparábamos nuestras manos. Nuestra risa era igual, y aún lo es. A las dos nos atrae el peligro, si bien lo vivimos de maneras muy diferentes. Ella es piloto de un globo aerostático en Colorado, mientras que yo participo en polémicas sobre temas candentes como el adulterio y el divorcio en mesas redondas, por televisión o desde un estrado. Además ella es artista. Pinta telas enormes con pequeños toques de pincel, mientras que yo cambio de lugar minúsculas palabras a lo largo de cientos de páginas de manuscrito. Ambas son tareas que requieren paciencia y meticulosidad con los detalles. Y ambas trabajamos solas. De modo que ya de pequeña comencé, casi sin darme cuenta, a observar mi conducta: en qué proporción era heredada? Cuánto se debía al aprendizaje? Luego, en la universidad, descubrí el debate sobre la polaridad naturaleza-educación (naturenurture). El concepto de John Locke de la tabula rasa, o página en blanco, me perturbó profundamente. Era realmente cada niño como una hoja en blanco sobre la cual la cultura inscribía la personalidad? No podía creerlo. Luego leí el libro de Jane Goodall En la senda del hombre, sobre los chimpancés salvajes de Tanzania. Estos animales tenían diferentes personalidades, y hacían amistades, se cogían de la mano, se besaban, se daban unos a otros obsequios de hojas y hierbas, y estaban de duelo cuando moría un compañero. Me impresionó la continuidad emocional entre hombres y bestias. Y quedé convencida de que parte de mi comportamiento era de origen biológico. De modo que este libro trata de los aspectos innatos del sexo y el amor y el matrimonio, esos rasgos y tendencias del apareamiento que heredamos de nuestros antepasados. El comportamiento humano es una mezcla compleja de fuerzas ambientales y hereditarias y no pretendo minimizar el poder que tiene la cultura de influir en las acciones humanas. Pero son las contribuciones genéticas de la conducta las que siempre me han intrigado. El libro comenzó en el metro de Nueva York. Leía unas estadísticas sobre el matrimonio en los Estados Unidos cuando descubrí lo relativo al divorcio. Me pregunté si ese mismo esquema aparecería en otras culturas. Entonces analicé la información sobre el divorcio en sesenta y dos sociedades incluidas por las Naciones Unidas en sus anales demográficos. Me encontré con patrones peculiares muy semejantes. Luego examiné datos sobre adulterio en cuarenta y dos culturas. Cuando comparé estas cifras sobre los vínculos humanos a escala mundial con modelos de monogamia, infidelidad y abandono en pájaros y mamíferos no humanos, encontré semejanzas tan impresionantes que llegué a formular una teoría general sobre la evolución de la sexualidad y de la vida familiar en los humanos. Por qué nos casamos? Por qué algunos de nosotros cometemos adulterio? Por qué las personas se divorcian? Por qué lo intentamos una vez más y volvemos a casarnos? El libro comienza con capítulos sobre la naturaleza del cortejo, el enamoramiento, la monogamia, el adulterio y el divorcio. Luego, a partir del capítulo VI, retrocedo hasta el comienzo de la vida social humana y rastreo la evolución de nuestra sexualidad desde sus comienzos en las praderas de África oriental unos cuatro millones de años atrás, pasando por la vida de los pintores de cavernas de la edad de hielo europea hasta los tiempos modernos, tanto en Occidente como en regiones más exóticas. Durante la presentación de mis teorías analizo por qué nos enamoramos de una persona y no de otra, la experiencia del amor a primera vista, la fisiología del afecto y de la infidelidad, por qué los hombres tienen grandes penes y las mujeres exhiben permanentemente sus pechos agrandados, las diferencias entre sexos a nivel cerebral, la evolución del concepto mujeres, hombres y poder, la génesis de la adolescencia, el origen de nuestra conciencia, y muchas otras creaciones del impulso sexual humano. Finalmente, en el último capítulo, utilizo toda esta información para hacer algunas predicciones sobre los vínculos del mañana y, si sobrevivimos como especie, de los próximos milenios. Pero, primero, algunas advertencias. A lo largo del libro incurro en muchas generalizaciones. Ni la conducta del lector ni la mía encajan en todos los modelos que describiré. Por qué había de ser de otro modo? No existe ningún motivo para esperar una correlación estrecha entre todas nuestras conductas y las reglas generales de la naturaleza humana. Lo que puntualizo son los esquemas predominantes más que las excepciones. Por otra parte, no hago el menor esfuerzo por ser políticamente correcta. La naturaleza hizo a los hombres y a las mujeres para que trabajen hombro a hombro. Pero no puedo afirmar que son iguales. No lo son. Y he dado explicaciones evolucionistas y biológicas de las diferencias cuando me ha parecido apropiado. También me he resistido a algunas modas en antropología. Actualmente, por ejemplo, ha caído en desuso utilizar a los bosquimanos !kung de África meridional como modelo para reconstruir la vida en nuestro pasado de cazadores-recolectores. Las razones por las cuales elegí seguir recurriendo a dicha sociedad como modelo las explico en muchas notas al final del texto que espero que el lector tenga tiempo de leer. Algo muy alarmante para muchos lectores es que incursione en los posibles componentes genéticos y adaptativos de conductas sociales complicadas, polémicas y a menudo muy dolorosas como el adulterio y el divorcio. Y, por cierto, no defiendo la infidelidad ni el abandono; más bien trato de entender estos perturbadores fenómenos de la vida humana.




Fisher Anatomia Del Amor Pdf



Em seu livro clássico inicialmente publicado em 1992 e totalmente revisado e atualizado em 2016, a antropóloga, bióloga e pesquisadora da Universidade de Rutgers Helen Fisher aborda o que a ciência pode nos ensinar a respeito da maior fonte de prazer e de sofrimento dos seres humanos: os relacionamentos amorosos.


Os estudos de Fisher com ressonância magnética sugerem que existem três circuitos cerebrais principais referentes aos relacionamentos amorosos e sexuais. O primeiro, capitaneado pelo hormônio testosterona seria o responsável pelo desejo sexual; o segundo, controlado pela dopamina seria o responsável pela paixão e um terceiro, o da oxitocina, pelo apego no longo prazo. A gente sempre soube da existência desses três tipos de sentimentos: desejo, paixão e amor; o que os estudos de Fisher demonstram de novidade é que eles não precisam vir necessariamente em ordem e que podem co-existir em um mesmo cérebro ao mesmo tempo. Sendo assim, é possível que uma pessoa sinta desejo sexual por alguém, depois se apaixone por essa pessoa e por fim que se casem e sejam felizes para sempre. Mas, uma vez que esses circuitos cerebrais são independentes, segundo Fisher é possível acontecer tudo ao mesmo tempo, ou seja, é normal que um ser humano sinta desejo por uma pessoa, seja apaixonado por uma segunda e por fim viva um amor de longo prazo com uma terceira. Se a pessoa vai ou não consumar esses sentimentos é outra história, claro, mas a existência deles pode ser inevitável.


Os construtores possuem traços de personalidade ligados a serotonina, são mais caseiros, planejadores, detalhistas e não gostam de mudanças ou surpresas, já os aventureiros, ligados a dopamina, seriam o inverso disso, buscam risco e novidades na vida. Os diretores, com traços de personalidade ligados a testosterona são mais agressivos, controladores e gostam de tomar decisões, enquanto os negociadores, com traços de estrogênio seriam mais carinhosos e dedicados. Claro que essa é uma simplificação até exagerada e que nenhuma pessoa é dominada por apenas um hormônio, todos nós somos capazes de produzir os quatro em quantidades diferentes ao longo da vida, mas é impossível não se identificar com um dos tipos. É como se fosse um horóscopo, mas com embasamento científico. Quem tiver curiosidade de saber sua personalidade amorosa Fisher disponibiliza um teste (em inglês) no seu site.


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